sábado, 24 de febrero de 2018

¡Adiós Salento, adiós Colombia!

Despertamos otra vez en el ajado "Ciudad de Segorbe" y este ultimo día de estancia en Salento nos acercamos a visitar el Alto de la Cruz, situado al final de la calle Real seguido a la prolongada subida de escaleras con estaciones del Vía Crucis, aunque por encontrarse en obras este recorrido lo sustituimos por otro contiguo, el del mirador de Salento, desde donde observamos el admirable panorama.

 Mural cercano al mirador

Vistas del río Quindío y valle de Cocora en lontananza 
Un Yarumo de copa blanca asoma entre el verdor 
 Vista de Salento y en el centro de la imagen su calle Real
En las cercanías del lugar nos topamos con esta sorpresa...
Un ejemplo de lo que se presenta en un concurso y desfile de yipaos, en este caso en la modalidad (hay 4 distintas) de:
Yipao de Trasteo Típico: Esta categoría es la más tradicional y típica de la cultura cafetera, que nos regresa en el tiempo, cuando los cafeteros realizaban su mudanza o trasteo de una finca a otra. En esta categoría de Yipao los jeep willys son cargados con todos los objetos antiguos de una finca típica cafetera como son: sillas, camas, armarios, cajones, radio, rockola, bicicleta, canasto, vasijas y hasta artesanías de la época, pero el más representativo de todos y que no debe faltar es el cuadro del Sagrado Corazón de Jesús.


Ya en el centro nuevamente subimos a un jeep Willy (no tan adornado como este) y nos dirigimos como habíamos acordado la noche anterior hacia el restaurante en la carretera de Cocora, "Donde Laurita campestre", en el cual comimos y hablamos largo rato con su propietario de los pormenores y particularidades de su actual negocio, una finca y casa típica del paisaje cafetero de llamativas tonalidades. 
 "Donde Laurita Campestre"


 Patacones y trucha con bechamel
Seguidamente de degustar los platos populares de la zona el amable dueño del establecimiento se ofreció a llevarnos en su coche a Salento, en concreto a la casa del vendedor de "Aborrajados", los sabrosos dulces elaborados con plátano frito y queso campesino rebozado de harina, leche y huevo que habíamos comprado en un carríto de la Calle Real. Esta vez volvimos a hacernos con unos cuantos para llevarlos como provisión en el pesado viaje nocturno en autobús hacia Bogota próximo en llegar. Nos despedimos de nuestro cortes amigo y después de un breve tiempo y taciturno descanso en el hostal en un día que se iba volviendo cada vez mas gris, recogimos el equipaje y nos encaminamos ya bajo la lluvia protegidos por nuestros uniformados chubasqueros hacia la algo apartada y peculiar terminal de autobuses desde donde partiríamos hacia Armenia en un destartalado vehículo, el trayecto seria de 26 kilómetros y 40 minutos mas o menos de duración y ya en la capital del departamento del Quindío un moderno y muy confortable autobús nos llevaría en siete horas recorriendo 308 kms a Bogota.

Puesto de venta de Aborrajados
Terminal de autobuses de Salento


 Terminal de autobuses de Armenia y cata de la ultima cerveza en Colombia acompañada de perro arrepanchingado


El sensacional transporte con destino a Bogota un actual autobús modelo Zeus 3 de dos pisos (no se compañía) resulto ser muy cómodo aunque de nuevo olvidábamos que aquí las noches se vuelven tremendamente frías y los colombianos sabedores de ello viajan con efectivas cálidas mantas para sobrellevar mejor el viaje, asombro y guasa nos causo a nuestra llegada ver a una pareja de turistas compañeros de trayecto lamentándose de manera tanto irónica de su aterido estado por vestir camiseta y pantalones cortos.
Comiendo Aborrajados en el bus

Desde la terminal de autobuses ya en Bogota, un taxi nos trasladaría hasta el aeropuerto Internacional El Dorado, el final llegaba...

viernes, 23 de febrero de 2018

Salento-Valle de Cocora I

Comienza el día en Salento con una atmósfera de nubes y un pasable desayuno en el hostal "Ciudad de Segorbe" para a continuación iniciar nuestra ruta de hoy hacia el Valle de Cocora, antes un breve paseo por su vía principal, la animada y llena de comercios Calle Real con su conjunto de casas uniformes de muy intensos colores, un gran atrayente turístico que unido a la temperatura media de 18º de esta localidad con una población cercana a los 3.000 habitantes hacen que se convierta en un buen reclamo para viajeros.
 Patio del "Ciudad de Segorbe"
 Calle Real

Muy cerca se localiza la plaza Simón Bolívar con la iglesia Nsta. Sra. del Carmen construida hacia 1930 al destruirse el anterior templo de dos torres en un incendio, el actual ha soportado ya la fuerza de varios seísmos. Desde dicha plaza parten hacia el Valle de Cocora los pintorescos jeeps Willys, introducidos en la década de los 50 en las zonas cafeteras por los hacendados para franquear y transitar las vías de difícil acceso. Ahora también son usados aquí como transporte publico. En este emplazamiento hemos quedado con la que sera nuestra cicerone para hacer esta excursión, la joven guía Luisa Fernanda, excelente gestión tramitada por nuestra anterior conocida pereirana.

Casas de la plaza Simón Bolívar
 Jeep Willys, mulas mecánicas o yipaos
 La distancia hasta Cocora desde Salento es de 11 Kms
  Comienza el trekking

Este valle que debe su nombre a la princesa quimbaya, Cocora (estrella de agua) hija del cacique Acaime, se sitúa en el curso del río Quindío y es parte del Parque natural nacional de Los Nevados en la cordillera central de los Andes colombianos, su altitud oscila entre su máxima de 2.400 y su mínima de 1.800 m.s.n.m. y presenta un ecosistema de bosque nuboso debido a su gran humedad y lluvia casi diaria, la temperatura media anual es de 15º. En él se albergan flora y fauna protegidas y en peligro de extinción como el caso de la estilizada palma de cera que ha convertido este extenso valle en su ultimo reducto, ésta puede vivir hasta los cien años y crecer mas de 60 metros lo que convierte a su especie en la mas alta del mundo.


    Palmas de cera del Quindío, árbol nacional de Colombia. 
(ceroxylon quindiuense)


Antes de su protección la palma sufrió una tala desmesurada debido al fin dado a sus hojas para la elaboración de los tradicionales ramos de Semana Santa y al uso de la cera que produce su tronco, utilizada entonces para hacer velas. La forestación es ahora otro de sus grandes problemas ya que aunque sus frutos llegan a germinar, las tierras hoy frecuentadas por numeroso ganado no son propicias para su desarrollo, lo que tristemente conlleva a que el bello aspecto que presenta el paisaje en las primeras laderas de este valle no es mas que en realidad un gran cementerio de palmas, una vez adentrados en el monte si que se dan las condiciones para su expansión al haber abundante vegetación que protege y preserva a estos ejemplares de sus amenazas.


 "Cementerio de palmas"

Entre la nubes el cerro Morrogacho, 3.450 m.s.n.m.

En una distancia no muy grande el panorama cambia al entrar en otro ecosistema de transición conocido como Bosque de Niebla donde todo se vuelve mas abrupto...

 Palma abatida en el camino
 Bosque de Niebla con sus pinos

Mencionar que desde el comienzo de la caminata en la parte mas baja del valle hasta el final del trayecto en un recorrido circular, el tiempo aproximado de duración será de 5 ó 6 horas en una ruta de mas o menos dificultad media.
Ahora la pista nos lleva hasta la finca La Montaña en donde después de tomar un ligero tentempié y hacer un pequeño descanso continuaremos rumbo hasta alcanzar la siguiente parada, La casa de los Colibríes o Finca Acaime.


 Seguimos marcha...

Valle de Cocora II

... y al fin aunque en un entorno pletórico de turistas, en el que obviamente nos incluimos, pudimos observar a estas diminutas aves y sus muy veloces aleteos mientras libaban agua azucarada en la Finca Acaime o Casa de los Colibríes .



En Acaime tomamos chocolate caliente con queso, consumición típica ofrecida al llegar a la reserva, también optamos por tiempo y por recuperar fuerzas degustar el muy variado y nutritivo menú que nuestra buena guía Luisa Fernanda nos había elaborado y empaquetado de una manera cuidadosa en ecológicas bolsas de papel; agua, bocadillos, galletas y algún que otro rico postre mas. Todo ello incluido en el precio del trekking.
Asimismo durante la comida disfrutamos de la simpática visita de una de las especies propias de este ecosistema...

Un coatí de cola anillada (Nasua nasua)
Debajo entre Abutilones o Campanitas (Abutilón insigne)
Pasado un tiempo tocaba volver al punto de partida, pero esta vez sorteando senderos y cauces de río, el Quindío, con cuantiosos e inmemoriales y recios puentes, siete en total, colgantes o bien improvisados con largos troncos.





Vadeados ya todos los regatos y franqueados los húmedos senderos arcillosos, en los que vimos algún "explorador" descalzo evitando así el manchar sus relucientes zapatillas de diseño en el barro, volvimos de nuevo en la parte baja del circuito a sorprendernos con el cambio de paisaje contemplando otra vez el fantástico bosque de palmas, ahora si, bajo la tenue lluvia que nos había amenazado con sus presencia desde el inicio de la ruta.





Flor de mayo o siete cueros (Tibouchina lepidota)
Llamas - Rabo de runcho (Kniphobia uvaria) y Lirios o azucena amarilla (Hemerocallis lilioas asphodelus)

Resumen en el Plano de la oficina de turismo
Acabada la entretenida y grata visita nos fuimos nuevamente en un atiborrado jeep Willy de regreso a Salento y a su bulliciosa calle Real en la que adquirimos unos deliciosos cafés de una marca hasta entonces desconocida para nosotros y que nos fueron dados a saborear posteriormente en una inesperada, minuciosa y explicativa útil ceremonia del café digna de comparación a la de cualquier país asiático.
Seguidamente nos despedimos de nuestra muy eficiente guía agradeciéndole su pedagógica labor.
Cafés Martín


Adiós a Luisa Fernanda y sus papeles.

Después llego la hora de la cena y nos encaminamos hacia un afamado restaurante, "Donde Laurita", recomendación de una buena amiga colombiana, un establecimiento atrayente y colorido en donde degustamos las populares truchas de la zona acompañadas de enormes y ricos patacones. A destacar también la gran cordialidad de sus dueños con los que entablamos una amena conversación en la que entre otras cosas concretamos una cita para visitar al día siguiente su nuevo restaurante a las afueras "Donde Laurita campestre".

Ahora no nos quedaba mas que retornar al añejo Hostal para descansar plácidamente.